En el transcurso de la exitosa Campaña de canje de lamparitas incandescentes organizada por la Unidad GASus UNC en el marco del PRONUREE, que comenzó ayer, comprobamos que hay escaso conocimiento en general sobre el procedimiento más seguro a seguir cuando una lámpara fluorescente (incluyendo las LFC -llamadas de bajo consumo- y las de neón) se rompe acidentalmente y sobre cómo disponer los residuos y los rezagos de estas lámaras (aquellas agotadas o que no funcionan correctamente).
La información que ofrecemos aquí, fue dada verbalmente ayer a los que concurrieron al canje, pero en virtud de lo detectado, consideramos necesario su difusión masiva.
Toda lámpara o tubo fluorescente (también los tubos de los clásicos monitores de rayos catódicos) posee en promedio aproximadamente 4 mg de mercurio -cantidad con la que, por ejemplo, podría cubrirse la punta de un bolígrafo-, el cual es necesario para su funcionamiento. Por ello, cuando éstas se rompen, es conveniente tomar las siguientes precauciones en la manipulación de sus residuos, para evitar eventuales riesgos innecesarios en la salud y daños ambientales, que pudiesen derivarse de la presencia de ese elemento tóxico:
- Aleje de inmediato a los niños y animales domésticos.
- Abra las ventanas para que se ventile el lugar donde ocurrió la rotura y aléjese Ud. y a toda otra persona de allí, durante al menos 15 minutos.
- Si funcionase en el sitio un sistema de aire acondicionado o calefacción central, apáguelo.
- Antes de ingresar al sitio donde se produjo la rotura consiga dos bolsas de polietileno amplias, resistentes y sin perforaciones, cinta de embalar, papel y cartón duro para ser usados como pala, y toallitas de papel húmedas. Colóquese guantes de plástico o goma y, de ser posible, barbijo.
- Deberá recoger todos los fragmentos del fluorescente que le sea posible. Recuerde que no debe utilizar una aspiradora, ni escoba ni escobillón, y que nunca debe hacer la operación de limpieza con manos descubiertas.
- Con mucho cuidado recoja los fragmentos y el polvo, empleando un papel o cartón duro a modo de pala.
- Limpie el área con una toallita de papel húmeda y colóquela luego en la misma bolsa o envase que los restos de lámpara.
- Use cinta adhesiva ancha de embalaro de ductos, para recoger el polvo y los trozos pequeños de la LFC.
- Coloque todos los restos recogidos y los materiales que usó para limpiar en dos bolsas de plástico, y selle esas bolsas con la cinta de embalar, o colóquelos dentro de un frasco de vidrio con tapa metálica a rosca. Agregue luego un cartel que indique "residuos de mercurio".
- No deje estas bolsas al alcance de los niños.
- Dichas bolsas con residuos de mercurio deberían ser entregadas en los lugares que el Estado determine para su recepción.
- Si no hay otra opción de disposición, y la Municipalidad lo permite, disponga las dos bolsas con residuos de mercurio junto a los otros residuos sólidos domiciliarios. Asegúrese que los fragmentos contenidos en la bolsa no puedan herir al recolector de residuos.
- Lávese las manos después de tirar las bolsas.
Fuente: Traducido y adaptado de información de la EPA (http://www.epa.gov/cfl/ cflcleanup.html y http://www.epa.gov/cfl/ cflcleanup-detailed.html). por la Cátedra de Biología Evolutiva (UNC) y la FUNAM, Córdoba (Argentina). Revisado y ampliado por GASus (UNC) en base a fuentes originales y http://www.lamprecycle.org/brokenbulbs.shtml.